¿Eres de las personas que cree que si pide ayuda es símbolo de que eres débil?

Lo que has aprendido en tu vida sobre el qué pasa si pides ayuda, es lo que hoy te puede estar boicoteando gran parte de lo que deseas lograr.

Muchas de las cosas que, pensamos, tiene que ver con lo que nos dijeron en nuestra infancia o adolescencia en relación a que si pedíamos pasarían cosas.

** Abajo te dejo un video con el paso a paso de cómo hacer tus pedidos para obtener mejores resultados.

¿Se te hacen conocida estas frases?

  • ¿Qué van a pensar si pides ayuda?
  • Yo ni loca pido ayuda, aunque me esté muriendo.
  • Qué voy a pedir si, cuando lo hice, nadie me ayudó
  • Solo pido ayuda cuando estoy al límite y no me queda alternativa

Recuerdo, cuando pequeña, una conversación de mi abuela diciéndole a mi tía:  – “No pidas nada. Arréglatela solita nomás, sino te vas agregar otro problema más y encima vamos a estar en boca de todos”- .

Wow!! qué miedo. Mi tía no solo se quedó sin poder pedir ayuda, sino que angustiada por el qué dirán.

Estas “inocentes frases” entran en nuestra mente y se quedan grabadas a fuego y pasaron a ser parte de nuestra vida y, ni siquiera, nos pertenecen. Muchas veces, no nos dijeron directamente como “advertencia”. Eran conversaciones de los adultos y sólo bastó haber escuchado a nuestro entorno cómo se relacionaba con el pedir ayuda para que estas frases nos quedarán impregnadas en el alma en nuestra infancia.

Resultado:

no sabes cómo pedir ayuda y te obligas a dar una imagen que,

muchas veces, terminan siendo muy dolorosas.

no puedo, no me siento capaz, mujer fuerte

No necesito nada ni a nadie para lograr mis cosas, puedo sola

Esta manera de pensar, de vivir la vida, tiene luces y sombras. En la “luz”, puede que te sientas increíble cuando lo logras, pero en sus sombras el camino para llegar a obtener lo que querías puede llevarte a sentirte muy sola, estresada, incomprendida, caer en la tristeza o en la ansiedad.

Una coachee me decía en una sesión: “Yo soy fuerte” pero no puedo todo el tiempo sola, necesito ayuda.

El punto es que, probablemente, no es que no quieras pedir, sino que no sabes cómo hacerlo. Porque el solo hecho de imaginar lo que pensará de ti, te inmoviliza sin dejarte opción a resolver lo que necesitas de una manera sana y amorosa contigo.

El no saber pedir ayuda es una limitante en todo orden de cosas, tanto familiar como profesional que nos impide crecer internamente y que, en algún momento, de la vida nos pasa la cuenta.

Pero ¿en qué momento aprendiste que PEDIR era algo malo?

¿Por qué te sientes así?

Siempre hemos necesitado ayuda desde nuestro nacimiento. Desde niños, pedíamos sin ningún conflicto ni cuestionamiento. Sólo lo hacíamos.

Son creencias, muchas veces aprendidas en la infancia. En coaching le decimos  “mandatos familiares”,  aquellas cosas que te dijeron directa o indirectamente que debías o no hacer para “cuidarte” o cuidar.

¡Frases para cuidarte!

no se pedir ayuda
Lee aquí ¿cómo tu autoestima impacta en la vida de tus hijos?
  • No confíes en nadie
  • Desconfía de esas personas que te quieren ayudar por nada a cambio.
  • Eres inteligente, no necesitas ayuda de nadie.
  • No cuentes tus problemas personales, que van a decir.
  • Si pides ayuda van a pensar que eres débil

También puedes haberlos escuchado en “halagos”.

  • Tú eres el ejemplo de esta familia
  • Eres la fuerte, la más responsable de tus hermanos
  • Eres tan inteligente, nos sentimos orgullosos de ti, no tiene como irte mal en la vida.
  • Contigo basta y sobra.

Muchas personas dicen que no necesitan a nadie, que ellas pueden solas, pero en el fondo lo que les pasa es que sienten una gran vulnerabilidad. Al tener el peso de estas creencias limitantes, sienten mucho temor en el solo hecho de pensar en pedir ayuda.

¿Por qué evitas pedir?

Algunas razones:

  • No sabes cómo hacerlo: ¿Qué le digo, cómo le explico lo que necesito?
  • Ya viviste la experiencia y no tuviste resultados: las pocas veces que pedí ayuda no me ayudaron
  • No sé a quién pedirle.
  • Me siento débil al hacerlo,
  • Miedo a que, si pido, tendré que devolver el doble.
  • Temor a qué van a pensar de mí si digo que necesito ayuda
  • Rigidez o perfeccionismo “yo tengo que poder sola”.
  • No ver que necesitas ayuda, negación: yo no tengo ningún problema, son los otros.
  • Baja autoestima: no quiero molestar
  • La imposibilidad de reconocer tus propias necesidades como mujer. (No te ves, no te escuchas, evades).
  • Sentir miedo a reconocer que la vida que estás teniendo no te hace feliz
  • Tener que ir a la acción con lo que no estás pudiendo y sentir que no puedes con ello.

  Pedir, pero de manera encubierta

mujer pidiendo ayuda lastima, victima
Lee aquí ¿cómo dejar de sentirme indefensa?

Esta manera de pedir, pero sin que el otro se de cuenta que le estoy pidiendo. A veces, tenemos claro que es la manera en que lo hacemos pero, muchísimas veces, no somos conscientes que esa es nuestra forma pedir porque se nos ha hecho natural.

La sanadora: Tienes la creencia interna de que “si yo acompaño a sanar a otros, la vida me sanará a mí”.

Queja lastimosa: Buscas generar que te ofrezcan ayuda sin tener que pedirla. Llevas algo muy pesado pero, en vez de pedir que te ayuden a acarrearlo, suspiras:

“¡Ay!  esto pesa muchísimo”,

“Qué más voy a hacer. Nadie lo hará si yo no lo hago”.

Cuando lo haces desde la queja o la víctima, lo que le puede pasar a la otra persona es que le produzca rechazo o lo haga pero de muy mala gana, lo que te puede llevar a sentirte poco querida, aceptada o valorada.

La ayudadora: Ayudas a medio mundo incluso olvidándote de ti misma con la creencia muy profunda: “Si yo ayudo después lo harán por mí”.

El tema es que no siempre resulta así y cuando el resultado no es lo que esperas entonces puedes caer en sentirte no suficiente, estresada, con baja autoestima porque, al final, haces cosas por otros que en tu forma de verlo simplemente el otro o no lo valora o no se dio ni cuenta o no te quiere porque no hace por ti lo que seguramente tú obviamente sí harías.

¿Qué costos tiene en tu vida no pedir?

Al no ver posibles soluciones al conflicto, terminas evadiendo el problema con la secreta esperanza de que se solucionará por arte de magia. Pero lo que pasa es que, al dejarlo, permites que se haga más grande cada día.

El tener las creencias que debes hacerlo todo sola, puedes llegar a aislarte de las personas que son importantes para ti impidiendo que te ayuden o aceptar sus consejos.

mujer que no se atreve a pedir, desconfianza, miedo, que diran
Lee aquí ¿cómo enfrentar las etapas de un cambio?

Algunas personas se alejarán al ver cómo, día a día, no haces nada por solucionar lo que te pasa. Nadie quiere ver cómo una persona a quien le tiene cariño se derrumba por su tozudez. Por ello antes la imposibilidad de ayudarte, preferirá tomar distancia.

Puede que lo resuelvas el problema, pero no sea el mejor resultado para ti, incluso para las personas que amas. Por ejemplo solucionar algo en relación a tus hijos que, si lo hicieras pidiendo ayuda, su calidad de vida sería más confortable.

Dejar de disfrutar la vida por estar en la creencia que debes hacerlo sola. Dejar de salir con amigos, compartir en pareja, con los hijos, una salida con colegas por tratar de solucionar sola lo que, quizás con ayuda, sería muy rápido.

No generar confianza para que otros te puedan pedir o contar sus propios problemas. Las personas evitarán contarte sus problemas, pedirte ayuda porque no tienen la confianza para hacerlo, ya que tú no lo haces y, por más que lo ofrezcas, no generas ese espacio de confianza. Dar, pedir y recibir son actos de confianza.

Pedir ayuda es de fuertes y valientes

miedo que van a pensar

Es de valientes porque, para hacerlo, necesitamos reconocer nuestra vulnerabilidad, es decirle al mundo no lo sé, no puedo o no sé cómo solucionarlo.

Pedir ayuda es reconocerte internamente que tú vales, que eres importante y que te mereces que otros pongan sus manos para hacer tu vida más fácil y amorosa.

Es aceptar que sientes miedo de ir por lo que quieres, que ha sido tu elección mantenerte en tu zona de confort y que no hay culpables allá afuera.

A quién pedir

Muy importante mirar a quién pedir  porque si no le das en el clavo a la persona, te sentirás rechazada o frustrada y te costará mucho más volver a dar ese paso.

Alguien que esté abierto a escucharte, que se tome el momento para conversar contigo. 

No elijas aquellas personas que ya sabes que te dejan con la conversación a medias, se paran y se van o te cortan el teléfono rápidamente.

Pide a aquella persona que realmente te pueda ayudar. No es lo mismo pedirle a un amigo que te haga un banquete para tu cumpleaños si sabes que solo entra a la cocina para buscar algo para comer y por más que te quiera ayudar no sabe cómo hacerlo porque no tiene las competencias ni habilidades para cumplir tu pedido.

7 TIPS – PASOS PARA HACER UN BUEN PEDIDO (en el video te lo explico en detalle.)

1º ¿Qué es lo que quiero o necesito?

2º ¿Para qué? 

3º¿Cómo lo necesito?

4º ¿Para cuándo?: 

5º ¿Tiene las competencias y habilidades?

6º Verifica que lo conversado quedó claro y que ambos han entendido el mismo pedido.

7º Tiene que haber un “sí acepto” al pedido

Déjame tu comentario me encantará leerte.

Si no te quieres perder mis publicaciones puedes seguirme en mis redes sociales  Instagram, Linkedin, Facebook o suscribirte en esta página al News Reinventate.

Si quieres conocer más sobre: ¿Cómo te puedo ayudar?, ¿cómo es un proceso de coaching? la metodología de programa, ¿cómo trabajaremos en las sesiones? ✅ Ven a www.reinventatemujer.net y pide tu sesión sin costo (online)

Un gran abrazo. Y muchísimas gracias